El Ultimo Poeta...

No está muerto aun,
vive en soledad en un barrio viejo,
en un cuarto desconocido de una vieja casa
la cual le hospeda solo por las noches.

Durante el día vende recitativos por pedido.
En contra fórmula, le declama al dispuesto
nombres de novela adosados a fáciles rimas,
que si de Cervantes, o Poe o del Mío Cid Campeador...

Yo le solicité uno. Me preguntó previo:
Qué le gustaría por tema?
De flores, mujeres, animales, ciudades,
personajes... Alguno en especial?

Lo que elegí no me importó.
Me llamó la atención lo antiguo de su carácter,
su amanerado y anacrónico modo de declamar
y la insuficiencia de su respiración pasmosa.

Conozco algo de él, me contó parte de su vida.
En cinco minutos supe que en aquel café de encuentro,
de un centro comercial poco concurrido,
se gana la vida desde las 6 y hasta las 9 pm

Es Gnóstico y ha leído todo a Samael.
Viudo y hombre culto es. No sabe de masones.
Como poeta usa bufanda y viste de oscuro.
No es más que un buen hombre que quiere comer el día de hoy.

Por diez o quince pesos ha decantado su vida
en unas frases preparadas, en un hablar cálido
pero impersonal; y te ha sonreído,
con todos sus años, como carga que no parece pesarle.

Quise invitarle un café, hablarle de mí,
que yo también quisiera ser poeta, que algo escribí...
Pero mi tiempo se acaba. Hay cosas por hacer.
Ojala que nuestra muerte no nos alcance tan pronto!

Volvamos otro día a servir de espejo, el uno del otro!

12/26/2017

Posted on 12/26/2017
Copyright © 2024 Oscar Martínez