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El Calor Aquel

by Oscar Martínez

Llegó el calor a apoderarse de nosotros.
Quiénes percibimos a primera hora su presencia
sabíamos que no nos volvería a dejar nunca.
Tan intensa y férrea era su intención de permanencia.

Yo no lo sentí apropiarse de mi piel.
Llegó con ánimo silente, furtivo y perturbador.
Me dijo, desnudandome de voluntad: "guárdate!
No mires al sol, debes secarte lento, siénteme..."

Y entonces el calor no fue como lo había sido.
Vino a quedarse, a marchitar al planeta
y a derretir sus polos, a dejar sedienta a la vida.
Inmarcesibles quedaron, sí, los pétalos de nuestra alma.

Ello fue porque no esperábamos
que nos consumiera tan despacio.
Dormíamos desnudos y descuidados,
sintiéndole...

Sólo tus palabras,
concebidas desde la profundidad del corazón,
refrescaron a los que quedamos vivos.
Tú, que nos impides consumirnos lento...



04/08/2013

Posted on 04/08/2013
Copyright © 2025 Oscar Martínez

Member Comments on this Poem
Posted by Joe Cramer on 04/09/13 at 09:37 PM

... excellente....

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