Nos lo mató la muerte al primo joven.
La tarde del viernes su corazón intenso decayó.

Oí que te lo callaron primo joven.
Te mató la muerte el corazón alegre,
el tal que en los velorios reía.
Tan féliz eras de estar vivo,
primo joven

Nadie, en ésta hora, se va a alegrar de estar vivo.
Quién va a sufrir ir a verte enterrar?
Nos rie ahora nuestra muerte la impermanencia
por nuestro luto.

No te aguantó el cuerpo.
Con el cargaste, fuerte, a nuestros muertos;
y en la triste mañana te cargaron nuestros viejos.
No pesó, a nadie de ellos, un corazón tan fuerte.

Nos lo mató en la tarde la muerte,
nuestra muerte, al primo joven.

09/07/2008

Author's Note: Para J. in memoriam, Primo.

Posted on 09/07/2008
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