Trio Soliloquio by Oscar MartínezBienaventurada eres, amada, que te dejas poseer
por nosotros en deseo.
Generosa, das simiente a nuestro ocaso.
Nos apartas, nos ayuntas y copulamos contigo
como ingratos y como mecenas.
Arriba y abajo, somos del fornicar
excusa para gozar aún más lo que tenemos.
Cuento mi propia humanidad y no la tengo;
dejo de existir entre el somos y el nosotros.
Hénnos aqui en sumatoria: un ser más placido
más violento y más grande, todos, tres.
Despues es mi cuerpo, el que tenemos,
que se viene a compartir; amado-amante:
Qué soy yo sino un fragmento, un estímulo
viviente o muerto, desconozco;
sólo existo en magnitud
Tres veces somos,
el bardo placer otorga unicidad a ésta
nuestra coyuntura.
Que quién pudiese ver a nuestros estructurados esqueletos
formaría un edificio en su visión!
Tres veces, al mismo tiempo,
nos tocamos, nos abastecemos, nos perpetuamos,
nos penetramos y perpetramos en cualquier rescoldo
de la mutua intimidad -qué ni así nos pertenece-.
Tres veces en el oficio de los sentidos.
Uno y otro morimos y nos resucita el latir ajeno
-sudor que gotea, alimenta y atropella, nos vuelve
resbaladizos, no cansa y nos cansa-,
por la lengua, el tesón con la mano
ó mi múltiple -nuestro múltiple- sexo sin rostro.
Quién está más?
El que se ha rendido dejándonos éxpositos,
indefensos como vulgar y fugáz pareja,
ó tú, amada, que permaneces en tu cauce;
río féliz, haz luminoso de expresiones y gestos
bien gastados pero vivos, proveyendo tanto ó
más placer que en el inicio -origen, nuestra existencia-.
-No somos promiscuos.
Porque sólo nos tenemos uno al otro,
y al otro, y de nuevo. Y de nuevo somos castos en cada
exploración. Difamada nuestra verdad nos reivindica,
é ilumina el trecho dónde no explotaba nuestra carne
Y al final -de cualquiera de nosotros-, tú nos posees
en cada inhalación que se obtura y que se expande,
por virtud de nuestra carne que es móvil,
en tu boca y en tus manos.
10/30/2004 Posted on 10/30/2004 Copyright © 2024 Oscar Martínez
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